A veces ni siquiera tienes que hablar para expresar tus deseos, y la hermosa Alya lo hace extremadamente bien. En este pequeño escenario muy simple, la bella beurette refresca sus ideas en la ducha. Creyendo estar sola en la habitación, luego comienza a relajarse de una manera más traviesa, ¡sin ver que el amigo Vlad la está mirando! Este último al no poder aguantar más, decide actuar y luego felizmente aprovecha la emoción de su presa del día ...